Centauro

Ser fabuloso de la mitología griega mitad hombre, mitad caballo. En el mundo antiguo simbolizaba la doble naturaleza del ser humano, civilizada y salvaje a la vez. Al contrario que el jinete, capaz de controlar al animal que monta, el centauro se deja llevar por sus instintos más básicos. Por este motivo, pasó al mundo cristiano medieval como reflejo del vicio.

Cerbero

Era el perro que custodiaba la entrada al Más Allá en la antigua Grecia. Solía representarse como un perro con tres cabezas y, en ocasiones, con cola de serpiente. Se trataba del perfecto guardián porque, recibía a los difuntos amigablemente pero no permitía que ningún vivo accediese al otro mundo, ni que ningún difunto regresase.

Cetus

En la antigua Grecia se daba este nombre a los monstruos marinos. Normalmente se representaban como seres con forma de serpiente marina. Su nombre era considerado de mal agüero por los marinos antiguos quienes creían que era portador de tormentas y todo tipo de calamidades.

Nuestro término cetáceo proviene del nombre de este monstruo antiguo.

Esfinge

Criatura fantástica presente en todos los pueblos de la antigüedad. En cada lugar adoptó formas y significados diferentes pero, siempre, conservando su aspecto enigmático.

En Grecia adoptó forma femenina. Fue especialmente famosa la de Tebas, quien retó a Edipo a la entrada de la ciudad. Tenía cabeza y pechos de mujer, cuerpo de toro, garras de león y alas de ave.

Escila y Caribdis

Estos dos seres monstruosos custodiaban, según la mitología griega, el estrecho de Mesina. Homero describe a Escila como un monstruo marino con seis cabezas y a Caribdis con la forma de un remolino marino que se producía cuando el monstruo tragaba agua, tres veces al día.

Se encontraban tan cerca uno del otro, a los dos lados del estrecho, que cuando un barco trataba de alejarse de uno de ellos, caía inevitablemente en las fauces del otro. Por eso, desde la antigüedad se acuñó la frase “entre Escila y Caribdis” que venía a significar lo mismo que nuestro “estar entre la espada y la pared”.

Grifo

Este animal fantástico parece que tuvo su origen en el Próximo Oriente. Desde allí, pasaría a las civilizaciones griega y romana, para después formar parte también de la imaginería cristiana.

El grifo tiene la parte delantera de su cuerpo de águila y la trasera de león. A veces, tiene cola con forma de serpiente partida en dos. Tanto el león como el águila fueron animales con asociaciones solares, por lo que el grifo suele ser considerado un ser benéfico. Los griegos lo consagraron a Apolo, divinidad también solar, y Némesis, diosa de la justicia retributiva. Los cristianos lo asociaron con Cristo y la Resurrección.

Minotauro

Este ser de la mitología griega tenía cuerpo humano y cabeza de toro. Habitaba en el Laberinto de Cnosos, en Creta. De acuerdo con las antiguas leyendas el Minotauro era el fruto del amor incestuoso entre Pasífae, la mujer del rey cretense Minos, y un toro enviado a la isla, como sacrificio, por el dios Poseidón. El Minotauro atemorizó durante años a los habitantes de Creta, hasta que el ateniense Teseo acabó con él.

Quimera

Ser de la mitología griega, con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón o serpiente. A veces se le representa escupiendo fuego. En general, se tiene por una criatura perversa.

Sirena

En la antigua Grecia, las sirenas eran criaturas con cabeza y, a veces, pechos de mujer y cuerpo de ave. Vivían en escarpados acantilados y eran famosas por tener una voz tan dulce y melodiosa que hechizaban a los marineros y los atraían hasta ellas para después comérselos.

Durante la Edad Media cambió la forma de representarlas. A partir de ese momento se les dio cuerpo femenino y cola de pez.

Mientras para los griegos parece que simbolizaron los peligros de la navegación, en la Edad Media se convirtieron en reflejo de las tentaciones.

Tifón

Tifón fue un dios primitivo de la mitología griega. Tenía un tamaño inmenso y su cuerpo estaba formado por diferentes animales. Aunque tenía cuerpo humano, también tenía alas. Además, sus piernas eran serpientes y sus dedos dragones. Se decía que era tan alto que alcanzaba las estrellas al ponerse de pie. Echaba fuego por los ojos y producía huracanes y terremotos.

Tifón fue encerrado por Zeus en el Etna por haber intentado destruirle.