Bisontes

Junto al caballo, el bisonte es el animal que todos solemos asociar con las pinturas rupestres. Las representaciones de las cuevas muestran a un herbívoro de gran tamaño -los bisontes alcanzaban los dos metros de altura- con una joroba sobre los hombros y largos cuernos.

Las imágenes prehistóricas muestran bisontes con distintos tipos y larguras de pelaje. Esto ha llevado a pensar que podrían obedecer a diversas condiciones climáticas, a diferentes estaciones o, incluso, a varios estilos artísticos.

Caballos

El caballo es el animal que se representa con más frecuencia en el arte rupestre. Solo ellos, suponen aproximadamente un 30 % del total de animales hallados en el arte paleolítico. Aunque los caballos prehistóricos se extinguieron hace unos 12.000 años, los científicos tratan de identificar a sus descendientes vivos a través de las representaciones prehistóricas. Su variedad es tal que se trata de buscar en ellas indicadores físicos que permitan asociarlos con razas actuales.

Los caballos tuvieron una importancia enorme para el ser humano prehistórico. Eran uno de los principales suministros de alimento, pieles y grasa y aunque no eran tan peligrosos como los carnívoros, eran difíciles de capturar porque se trataba de animales agresivos, y muy rápidos.

Hienas

Las hienas son unos de los mamíferos mejor conocidos de época prehistórica. Sin embargo, fueron animales escasamente representados en el arte paleolítico y cuando aparecen, lo hacen en espacios marginales y profundos de las cuevas.

La hiena de las cavernas, era de mayor tamaño que las hienas actuales. Tenía preferencia por los caballos, aunque también cazaba bisontes y rinocerontes y aprovechaba presas capturadas por el ser humano. Las excavaciones han demostrado que hienas y seres humanos competían por la utilización de las cuevas como refugio y se han hallado restos de habitación consecutiva de un mismo lugar por ambas especies.

Íbices

Los íbices representados en las pinturas rupestres parecen ser los antepasados de las actuales cabras pirenaicas. Esta especie supo adaptarse con facilidad a los cambios climáticos de la época prehistórica y, aunque su hábitat natural eran las montañas nevadas, llegó a adentrarse en zonas de llanura deforestadas del centro de Europa.

Las cabras constituyeron una fuente de alimento importante entre los seres humanos que habitaron la zona del norte de la Península Ibérica y del sur de Francia, más cercano a los Pirineos. Por este motivo, se trata de uno de los animales más representados en las pinturas rupestres de estas áreas. Su característica más notable, fielmente representada en las pinturas, eran sus largos y rugosos cuernos curvados.

Jabalís

El jabalí jugó un papel importante en la subsistencia del ser humano prehistórico. Al igual que otros animales con los que convivieron los primeros humanos, el jabalí prehistórico era mayor que el actual. Solía habitar en madrigueras y tenía hábitos nocturnos. Se trataba de una criatura extremadamente peligrosa, rápida, fuerte y mortal en muchos casos. Los grandes y curvos colmillos inferiores, presentes sólo en los machos, los hacían especialmente temibles.

Aunque no son los animales más frecuentes en las representaciones prehistóricas, hay algunas cuevas en las que pueden verse imágenes paleolíticas de jabalís salvajes.

Mamuts

El mamut fue el animal más grande con el convivió el ser humano prehistórico. Estos mamíferos, hoy extinguidos, tenían el tamaño aproximado de un elefante africano actual, aunque algunos podían ser mayores. Tenían unos colmillos más largos y curvados que los de los elefantes. A pesar de su largo período de gestación -24 meses-, de que sólo daban a luz a una cría cada vez y de que las hembras no podían volver a criar hasta pasados varios años, su población en tiempos prehistóricos fue sorprendentemente numerosa.

Debido al clima glacial de la época, habitaron sobre gran parte de Europa y por ello aparecen con frecuencia en las pinturas rupestres. Las representaciones prehistóricas más abundantes se han hallado en la cueva de Rouffignac, en Francia, donde se concentran más de 100 imágenes de mamuts, tanto pintados como esculpidos.

Osos

Los osos y los carnívoros en general, son más escasos que los herbívoros en el arte prehistórico.

Los osos de las cavernas eran unas criaturas de formidable tamaño. De pie, sobre sus patas traseras, podían alcanzar más de tres metros de altura. Recibieron su nombre porque habitaban en cuevas durante todo el año, al contrario que los osos actuales que sólo las utilizan para hibernar.

La forma de vida de los carnívoros los hacía menos visibles que a los herbívoros. Del mismo modo, en el arte rupestre, los osos y otros carnívoros suelen estar menos a la vista. Generalmente se ocultan en lo profundo de las cuevas. Cuando aparecen, suelen hacerlo escondidos en el interior de otras imágenes ya existentes o en pinturas de aspecto tan minimalista que se hace difícil identificarlos. Además, los osos o sus restos óseos parecen haber tenido algún significado religioso o ritual para el ser humano prehistórico.

Renos

Renos y ciervos fueron la base de la alimentación de los cazadores prehistóricos. Entre los restos arqueológicos hallados en las cuevas, se han encontrado abundantes herramientas fabricadas con astas de estos animales. Pero, además, proporcionaban carne, pieles, grasa y hueso al ser humano prehistórico. Su importancia fue tal, que la época Magdaleniense, la última de las culturas del Paleolítico Superior, se ha denominado también la Era del Reno.

A pesar de ello, las representaciones de renos en el arte paleolítico, son escasas, en comparación con las de otros animales, aunque existen excepciones. Por ejemplo, en la cueva de Les Combarelles existen unos 600 grabados magdalenienses con representaciones de renos.

Uro

Los uros fueron los antepasados salvajes del ganado bovino actual. Habitaban en espacios abiertos y tenían una gran capacidad para la adaptación climática. Esta faceta suya les llevó a habitar prácticamente toda Europa

Su gran dispersión por el continente hizo que su representación en el arte prehistórico fuese muy abundante.

Rinocerontes lanudos

Este animal, cubierto de una espesa capa de lana, se adaptaba perfectamente al frío clima del Paleolítico Superior. Los rinocerontes lanudos se caracterizaban por tener dos cuernos de diferente tamaño, uno delante del otro, que utilizaban con propósitos defensivos y de apareamiento. Sus depredadores naturales eran escasos. No debieron ser una presa especialmente atractiva para los cazadores prehistóricos debido al peligro que entrañaba su captura.

Su presencia en el arte prehistórico es notablemente inferior a la de otros herbívoros. Sin embargo, en la cueva de Chauvet, en Francia, existen hasta 68 imágenes de este animal.