los Mitos

Teseo Rey


Teseo arrastra al Minotauro fuera del Laberinto, en una copa de figuras rojas, del Museo Británico de Londres
©Trustees of the British Museum

 

El mito de Teseo considera a este rey de Atenas como el monarca civilizador por excelencia. La larga historia de su concepción y llegada a Atenas, narra cómo Teseo era hijo de Egeo, rey de Atenas y de la princesa de Trecén, Etra.

Teseo llegó a Atenas reclamando ser el descendiente real, con unas sandalias y una espada como prueba de la paternidad de Egeo. Allí, tuvo que enfrentarse a los celos de Medea, la mujer del rey, que no quería que su propio hijo perdiese el trono de Atenas. Medea trató de envenenar a Teseo y acabó provocando su propia expulsión del reino. Egeo, reconoció a Teseo como legítimo heredero.

Tras estos acontecimientos, Teseo se presentó voluntario para ir a Creta, como parte del tributo de chicos y chicas jóvenes que Atenas pagaba a la isla, para servir como alimento del Minotauro. Teseo, ayudado por la hija del rey cretense, Ariadna, dio muerte al fabuloso ser y emprendió su regreso a Atenas. Antes de partir, había acordado con su padre que si conseguía dar muerte al Minotauro, cambiaría las velas negras de su nave por otras blancas, pero se olvidó de hacerlo. Egeo, al ver llegar los barcos con sus velas negras, creyó que Teseo había muerto y se suicidó. Los atenienses creían que Egeo se había despeñado desde el bastión del templo de Atenea Niké, en la Acrópolis.

A la muerte de su padre, Teseo, asumió el poder y comenzó a reformar las instituciones atenienses. Unificó el Ática, uniendo a las doce tribus bajo el dominio de Atenas. Además, introdujo la moneda en Atenas que, al principio, en lugar de una lechuza, llevaba la imagen de un buey.

 

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