Los artistas griegos concentraron sus esfuerzos en la repre-sentación del cuerpo humano perfecto, siguiendo esa máxima, propia de época clásica, que afirmaba que el hombre es la medida de todas las cosas.
Sin embargo, los ideales de belleza no fueron los mismos para hombres y mujeres. Al margen de las diferencias fisiológicas y anatómicas de ambos cuerpos, los modelos masculinos y femeninos de belleza expresaron también una forma de ser, un estereotipo social y cultural en relación a la polis que hombres y mujeres debían cumplir como criaturas sociales.