Retratar en el Renacimiento


Busto de Carlos V. Siglo XVI Museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao
Busto de Carlos V. Siglo XVI
Museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao

Tras el lapso que supuso la Edad Media, el Renacimiento recupera el género del retrato, añadiéndole contribuciones propias del interés filosófico humanístico.

Muchos de los tratados del momento llamaban la atención sobre el hecho de que la personalidad de los individuos podía relacionarse con el comportamiento de los animales. Así, parecerse a un águila o a un león condicionaba el carácter de la persona, según postulaban libros como el De humana physiognomonia de Giovanni Battista della Porta.

Estos retratos de intención profundamente psicológica fueron, también, un elemento perfecto con el que completar la decoración de los impresionantes palacios urbanos y villas campestres en las que las más notables familias renacentistas concentraban sus colecciones escultóricas.